martes, 23 de septiembre de 2008

REVERENCIA AL OTOÑO

Ya ha llegado el otoño, hoy todo el mundo habla sobre ello. Yo le saludé anoche. Hace tiempo que lo esperaba y lo temía, de hecho este año se adelantó unos meses en mi corazón, ¿y qué hacer sola una noche en casa, escuchando cómo llueve fuera sin parar, mientras el otoño entra ferozmente por la puerta? Nada mejor que ponerse a ordenar armarios y papeles, a limpiar rincones apresurada como si me faltara tiempo para tenerlo todo preparado a su llegada, como si no quisiera pensar en nada más, como si necesitase olvidar lo que se avecina: los grises, los nublados, las lluvias lánguidas, los días plomizos, los atardeceres tempranos, las noches melancólicas, mi cama fría, mi despertar lloroso, mi soledad acentuada exponencialmente.

En mi tarea mecánica me dejo acompañar por la música, siempre me resultó la mejor compañía, transportándome en mis soledades a navegar por mundos fantásticos y cálidos. Esta noche nostálgica me ha dado por recuperar un disco del 2001 que he encontrado desempolvando la estantería del salón. Hoy me vuelvo a sentir un poco Bridget Jones y me dejo llevar por el recuerdo de su primera banda sonora.

El Respect de Aretha me empieza a poner las pilas, noto el calor que sube poco a poco por mis piernas que me piden bailar. Con el It’s raining men comienzan a llover hombres en mi cabeza y el calor sigue subiendo. Me he puesto juguetona y siento un deseo inmenso de seguir bailando, así que suelto el trapito de limpiar el polvo y me dejo llevar entregando mi cuerpo a las sombras de la luz melocotón de la lámpara del rincón. Escuchando Someone like you de Vanessa Williams noto cómo va cambiando mi tono desde euforia hasta sensualidad y empieza a sobrarme la escasa ropa que llevo puesta. La dejo caer en el suelo y sigo abandonándome al momento. El Dreamsome de Shelby Lynne me conduce al delirio entre una cadenciosa letra que libera mi recuerdo, y observo cómo mis curvas dibujan siluetas morbosas entre las sombras de la pared, repitiendo con ella: in the dark I can hear you whisper shadows still, move across the distance … did you miss me…?, did you miss me…? El fuego me desborda y mi piel derretida enciende gotitas de sudor que se deslizan por el surco de mi pecho bajando hasta mi ombligo y de ahí hasta mis muslos, en un deseo a solas que quisiera compartir con alguien más que con Perla, quien lleva rato observándome con su curiosidad felina sentada frente a mi, moviendo su cabecita y preguntándose si me habré vuelto loca.


Cuando llega Pretender got my heart yo ya me he fundido en la hoguera de este aquelarre solitario. Vuelvo a la realidad cuando me percato de un sonido familiar que años atrás me hubiese hecho llorar, pero la tórrida sesión ha hecho que oír All by myself esta vez no me ponga tristona porque, de repente, el otoño no evoca esas sensaciones, sino las imágenes de un río teñido de colores ocres, amarillos, anaranjados y rojos de pasión, evocando en mí los tonos del amor, del deseo y de la fiebre anunciada y también, cómo no, los de la ilusión y la esperanza insinuados en los verdes que aún conserva este bonito bodegón de mi tierra. Me pongo a pensar que ésta es una época de renovación, donde los árboles se despojan de las hojas caducas, permanecen las perennes y se acomoda un espacio para engendrar las futuras, esas que tomarán toda su fuerza dentro de unos meses para mostrarse en todo su esplendor con los primeros rayos de sol. Además, el otoño también tiene sus flores, unas que muestran menos pétalos, unas más micológicas, de esas que necesitan un buen riego estival previo, pero yo he estado regando en profundidad durante este tiempo, así que espero recoger muy buena cosecha en los meses venideros.

Acaba el disco, todo se queda en silencio. Me dejo caer al suelo, semidesnuda, mirando al techo con una sonrisa enorme cruzando mi cara. Realmente –me digo -, esta es la estación más hermosa del año en este privilegiado entorno y comienzo a imaginar un remolino de hojas granates a mi alrededor que me traen susurros del viento quien, guiñándome un ojo cómplice, me dice: ni te imaginas todo lo que te va a regalar el otoño, mi niña.

Ya está, sin darme cuenta he recibido al otoño y qué mejor reverencia para una estación tan bella.


Llevaba días esperándolo, preparándome para recibirlo con tristeza, pero me ha sorprendido él a mí con gran alegría. Me levanto y me dirijo al espejo del pasillo…, guau!, me encanta la expresión de mi cara, tengo los ojos encendidos de vida y de excitación, mi cuerpo se muestra bañado por un brillo aceituna y mi pelo negro enredado entre las ondas que la humedad ha creado. Le hablo a la imagen que tengo frente de mí y le digo sin-vergüenza, cara a cara: mañana empieza una nueva vida, seguro, esta vez es seguro, hay un motivo, un gran motivo para ello, seguro…

14 comentarios:

Raúl Navarro dijo...

Siempre ha sido mi estación favorita del año, aunque supongo que se debe al hecho de que las mejoras experiencias que he vivido se han sucedido en estos meses. Gracias por tu mail, realmente necesitaba un toque.
Muchos besos.

loose dijo...

Menuda reverencia que has hecho a la estación...
A mi, en cambio, parece que no me ha sentado muy bien que digamos, estoy algo tristona, pero ya se pasará.

A lo mejor te tomo como referencia y pongo la música a reventar, me suelto el pelo y me dejo llevar.

Buena terapia, mi niña.

Un beso con nota musical...

Cristina dijo...

Gracias a ti Raúl, ya sabes, lo dicho.

Gracias Loose. ¡Arriba con ese día marrón! Hazme caso, música a tope, poca luz, poca ropa y déjate bautizar por el agua de tu piel. Si sigues mi selección de este disco, irás sintiendo igual que yo. Prueba y me cuentas.

Unos besos.

Anónimo dijo...

Por aqui por el sur nos está llegando el otoño hoy... después de leerte Cristina... me muero de ganas por empezar a disfrutarlo!!!

Aqui las hojas revolotean menos entre los árboles, pero el mar cambia sus tonos y empieza a reflejar los tonos del atardecer que con sus morados, azules oscuros y rosas le confiere a todo un toque mucho más bucólico.

Sigues pintando y construyendo con tus palabras, gracias por el regalo!

Cristina dijo...

No hay de qué anónimo sureño, un placer, gracias a ti por seguirme.

Por aquí el otoño se está poniendo sus mejores galas. Esta tierra, como digo, fue tocada por la varita mágica de elfos y ninfas y tiene un otoño celestial. Cómo desperdiciarlo ahora que mi interior combina a la perfección!. Espero que el tuyo también lo haga con esos colores de la mar otoñal.

Un beso.

el piano huérfano dijo...

con tu permiso y el de loose-mi niña, voy a seguir tus consejos y a ver si funcciona
este otoño me da el presentimiento que nos va regalar muchas cosas buenas, seguro que disfrutarlo contigo es un gozada

un beso

Cristina dijo...

Me parece estupendo pianito, pero hazlo con pasión, con esa que tú también escondes. Y si llueve fuera, mejor todavía.

Prueba y me cuentas también.

Comparto el presentimiento contigo y sí, será una gozada.

Un besazo.

loose dijo...

Alguien me dijo hace muy poquito que, no hay que pedir permisos.
Tienes que permitirte tú.

Así que pianito, creo que Cristina estará de acuerdo conmigo, en que eres libre, y por lo tanto no debes pedir permiso para nada.

Así que pon la música a tope y a gozar...

Besos para las dos.

el piano huérfano dijo...

os quiero

Anónimo dijo...

Seguro que sí, cielo; el otoño tiene un "no sé qué" especial; a mi me vuelve loca; nueva coincidencia; ¿qué nos traerá el otoño? Presiento que va a ser justo lo que esperas, lo que también yo espero, y ¿sabes? hece mil años había una canción que me daba "buena suerte", jamás la ponen en la radio, desde que se pasó de moda. Pero el otro día, nada más subir al coche, la pusieron, enterita... Ufff!

Medio bruja, creeme... Ya sabes mi e-mail.

Bss

Cristina dijo...

Piano y loose, de acuerdo con vuestro diálogo en todo.

Hola reinita mora, sí yo también confío en este otoño, siento fuerte en mi pecho una intuición especial que bombea sangre a todos mis órganos y me avisa de que esté preparada para subirme al tren de la felicidad. Ya sabes que tenemos un hilo conector que nos pone en símiles continuamente, así que prepárate tú también, no vayas a quedarte en el andén, eh!?

Unos besos.

Anónimo dijo...

Hola de nuevo brujita!
Hay un meme en mi blog; sólo para leer; sin normas, sin reglas, para mis amigos, como tú. Lunátic@s.

Bss. R

Ana dijo...

El otoño es una éspoca mágica, de duendes, trasgos y hadas; un mezcla de colores vivos... Si no llueve, perfecto. Esa hoja que caé sin besar el suelo, ese beso robado que no esperabas, esos parques...

Un besito y disfruta de tu otoño

Cristina dijo...

Sí Ana, así es, así siento este otoño más mágico que nunca en mi vida.

Un besazo y bienvenida a mi desván del corazón.