miércoles, 10 de septiembre de 2008

MÁS PIEDRAS PRECIOSAS, MÁS FLORES DE OTOÑO


La vida está llena de piedras preciosas con las que te vas tropezando a medida que decides dar pasos en el camino e incluso, a veces, cuando te quedas paralizado en medio de la nada, cuando has decidido salir del camino, parar y sentarte a recuperar fuerzas, ellas por sí solas vienen mágicamente a ti.

Es curioso cómo en los momentos sombríos, a pesar del silencio de tus labios, tu energía parece llamar a gritos a las personas que te quieren, como si de un cordón umbilical que une tu corazón al suyo se tratase. Simplemente aparecen con su sonrisa, su abrazo, su calor, su incondicionalidad y todo parece cobrar sentido. Es entonces cuando sientes que las semillas que sembraste muestran sus flores más bellas, tiñendo el aire de primavera aún a las puertas de un gris otoño.

Hoy día es difícil creer en ángeles de la guarda (ya sabemos que corren tiempos difíciles para la lírica), pero yo, a pesar de que una apática incredulidad pisa fuerte por mis venas, sigo creyendo en el mío. Sí, a pesar de todo, lo siento aquí a mi lado. Nunca me abandonó, sólo quedó callado mientras yo elegía mis caminos, pero vuelve siempre que mis rodillas se bloquean. Sopla en mi nuca y me susurra –vas bien, sigue adelante-, mientras va desempañando la niebla de mis ojos y me devuelve la mirada al paisaje de piedras preciosas que me rodean.

Y así, van apareciendo rubíes un domingo por la mañana recordándote que la seguridad y la protección te acompañaron desde tu nacimiento; turquesas un domingo por la tarde ofreciéndote su regazo para aliviar dolor; esmeraldas un domingo por la noche vistiendo tu melancolía de esperanza; diamantes un lunes por la mañana que te dejan los mofletes llenos de besos; ágatas (rubias y morenas) un lunes por la tarde que se convierten en hadas sonrientes que transforman las sombras en destellos de colores; topacios un martes por la mañana que entran en tu espacio para abrazar tu corazón con sus palabras y zafiros que vienen a compartir un momento de complicidad contigo y a amortiguar tus oportunidades perdidas con nuevos proyectos de alegría; amatistas un martes por la tarde que se cuelgan una hora al teléfono contigo tratando de devolverte un poquito de luz (y que lo consiguen); de nuevo las maravillosas ágatas (rubias y morenas) un martes por la noche que lo dejan todo para venir a tu casa a compartir una pizza contigo entre risas, secretos y proyectos y que, cuando se marchan, lo hacen dejando un rastro de cariño por todos los rincones de tu hogar y el eco de una nana que te sumerge en la paz del sueño. Y, cómo no, perlas que siguen llenándolo todo con sus ronroneos, sus juegos y sus amorosos ojos azules.

Mientras, entre tantas piedras preciosas, yo me siento como una roca de luna, gris, llena de agujeros y rara, pero eso sí, también como una piedra especial, privilegiada y mágica por haber caído desde mi astro maravilloso en medio un precioso jardín de pétreas flores de otoño. Qué mejor comienzo para unos pies que acaban de aterrizar en tierra firme.

Mis rubíes, turquesas, esmeraldas, diamantes, ágatas, topacios, zafiros, amatistas, perlas…, sois estrellas en mis noches, mi tesoro más valioso, mi pilar, mi inspiración.

Para vosotras mi gratitud, toda de la que soy capaz, y mi amor, tanto y tanto.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

A este singular joyero que has creado Cristina, yo añadiría las estalactitas y estalagmitas. Piedras no preciosas pero si moldeadas por el agua y los elementos que representan el moldeamiento que todos sufrimos. Dos piedras, sin duda, que no deben olvidarse en el diccionario de las piedras que guia nuestro camino en torno a la piedra madre o piedra patriarcal.

el piano huérfano dijo...

yo; como dice en la "kabala" parte de la biblia judía me fio en las piedras autenticas.
Y ese es el cuento:
El rabino saca de su bolsillo una piedra preciosa, pero autentica sin pulirla , con mucho valor 24 kil (al fin y al cabo son judios el dinero cuenta) y le dice al homre ; esa piedra es autentica, tiene mucho valor, si la sabes pulir bien puedes sacar miles de piedras de la misma piedra, si la cuidas siempre aumentara su valor.

Dice el hombre; y esto que tiene que ver con la pareja

Contesta el rabino; `porque aqui tengo otra piedra hermosa, autentica que brilla igual que la otra- pero nunca , nunca son iguales, las piedras autenticas sin pulirlas no vas a encontrar igual, no hay dos piedras iguales.

Y? dice el hombre

Cada vez que estes lejos de tu amada o te sientes que puedes encontrar una mejor acercate a esta piedra a tu corazòn , y la sentiras y veras que no hay igual que ella brilla con todos sus defectos.

Y la otra piedra; es para la mujer, cuando tardes en llegar a casa, cuando piensa que hay otra piedra pulida, hermosa, que brilla, que acerca a esta piedra a su corazón para saber que jamas va encontrar una piedra igual


Cristina eres autentica no hay otra como tu!

Cristina dijo...

Por supuesto, anónimo, incluyo todo tipo de piedras moldeadas por los elementos que, aunque no sean catalogadas formalmente como preciosas, para mí son las más valiosas y bellas de todas. De hecho eso forma parte de mi esencia, pues vengo de un lugar encantado donde los cuatro elementos forman una unión perfecta y el agua, el aire y el fuego del sol han ido creando obras de arte sobre la piedra, hija de la tierra.

Admiro la solidez de la piedra, pero la admiro mucho más cuando, sin dejar de ser piedra, es flexible y adaptativa. Así que, estoy contigo en incluir en el diccionario de las piedras que guíen nuestro camino a todas aquellas que, como nosotros, experimenten el moldeamiento de la vida. Claro está, entre ellas las estalactitas y estalagmitas, sobre todo aquellas que en su simultánea transformación se van acercando hasta acabar unidas, fundiendo sus aristas una en la otra, como en un beso eterno.

Piano, precioso tu cuento judío. Todos somos piedras únicas, eso sí, por pulir, pero únicas al fin y al cabo. Pero, en tu caso, no me cabrían aquí el número de quilates que posee tu valor.

Anónimo dijo...

Una de las ágatas es muy feliz de haber conocido a una maravillosa perla, y no eres una roca, como dices,sino una perla que VALE MUCHO tanto por fuera como en su interior y de tí se aprende muchas cosas y las amigas siempre estaremos a tu lado, porque tu lo vales...Ah la pizza estaba muy buena, jejejeje.Tanto tu como la mejor monitora de aerobic también me habeis ayudado mucho, yo me sentía muy sola en cuenquing, y eso que tengo al mejor hombre que se puede tener, por cierto no se si sabeis que me caso el 18 octubre en Mis Madriles...jejeje.Besitos de la madrileña que te estima

Raúl Navarro dijo...

Quizás sea un atrevimiento, pero qué bueno es verse reflejado en un blog. Además, me gustan los zafiros, el azul siempre fue mi color favorito. Mi madre siempre me recuerda que cuando era pequeño todo lo que me compraban tenía que ser "azú" (como yo les decía). De hecho, mi habitación en la casa de mis padres sigue siendo azul, aunque con los años ha variado de colores oscuros a colores más cálidos. Supongo que ha seguido mi proceso mental de verlo todo oscuro al principio, para depués disfrutar de las muchas tonalidades.

Besos, besos.

Cristina dijo...

Ajá!, ágatas y zafiros, veo que os vais reconociendo, pues sí, premio!.
Por supuesto que no es ningún atrevimiento, formáis parte de mi joyero, brillando con fuerza, preciosos, preciosos.
Yo, piedra en proceso de moldeamiento (no se seguro si estalactita o estalagmita, si bien creo que la segunda, si es ésta la que se alza desde suelo, nunca lo recuerdo) os observo cada día intentando ser el espejo que reproduzca vuestro resplandor.

Anónimo dijo...

Precioso spot, a mi me gusta el rubi, ese rojo tan brillante y lleno de vida.

Un saludo

Anónimo dijo...

Hola Cristina, me ha encantado tu relato. Soy la ágata morena, y aunque mi comentario llega más tarde de lo que quería, aquí estoy. Porque tú estás, y quiero que siga siendo así y que lo sintamos siempre igual. Me alegra saber que a pesar de que a veces me siento una simple piedra en el camino, hay gente como tú que me hace sentir especial.. y ser ágata en tu joyero es para mí un privilegio. Mil besos corazón. Mónica.

Anónimo dijo...

Perdón por decir la ágata... creo que es el ágata ¿no? Bueno sea como sea, soy yo, y me gusta serlo... Mónica.

loose dijo...

Piedras preciosas que nos aportan energía, cada una, en un lugar del corazón.
Piedras que iluminan nuestras vidas.
Esas que, a veces, parecen obstaculizar nuestro camino y cuyos brillos chispeantes tapamos con nuestra sombra.
Pero una vez más, demuestras que,eres capaz de reflejar el arco iris de color que te brindan las piedras.
Aunque pienso que a ti no te hacen falta orque, alguien, en alguna ocasión te ha dicho que no necesitas que te iluminen porque tú eres luz. Un haz de luces de colores capaz de darnos calor y energía a muchos.

Muchos besitos.

el piano huérfano dijo...

hoy no soy tan optimista con las piedras, con todo el respeto a los joyeros , hay algunas piedras que solo estorban en el camino hay que quitarlas y seguir caminando por ese sendero bonito, dejando tus huellas por donde andas que por alli la roca se conviertira en una piedra de cuento de hadas, pero camina no dejes a ninguna piedra por medio o por miedo

loose dijo...

Ah! Se me ovidaba, besitos a Perla, que también es preciosa, como las gemas.

Anónimo dijo...

Sólo soy Reina; elegí mi camino, sólo me hace falta saber si algien me va a acompañar; de momento voy sola. Hay alguien que quiere continuar conmigo ese camino. Al final, seguiré sola. Creo... Las oportunidades perdidas, perdidas están, peor para quien no supo aprovecharlas... Quisiera enamorarme otra vez, pero lo veo difícil, muy difícil

Bss

Cristina dijo...

Por favor, les pido que dejen de utilizar este espacio para publicitar productos contra la disfunción erectil tipo levitra, order cialis, cheap viagra y todos los que bajo disfraces amables han ido apareciendo en los últimos tiempos.
Por aquí no se les necesita, gracias.